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La Malformación de Arnold-Chiari y la columna

Dra. Mireia Ilueca Barcelona Spine Institute

Algunas enfermedades tienen una localización a caballo entre dos áreas importantes de nuestro cuerpo. Este es el caso de la Malformación de Chiari y, en concreto la de tipo I, que es la más frecuente y a la que nos referiremos hoy.

La malformación de Arnold-Chiari tipo I (MAC), es una patología que generalmente afecta a la región occipital del cráneo y a la primera y segunda vértebra. Es muy probable, además, que el paciente presente asociadas otras malformaciones como podría ser una escoliosis. Por este motivo es interesante que el especialista que las trate tenga una formación especializada tanto en cráneo como en columna, para poder abordar el problema de forma completa. Y es aquí donde, en BSI, podemos ofrecer como neurocirujanos y especialistas en columna, un abordaje holístico de esta patología.

¿Cuándo empiezan los síntomas?

La MAC es una malformación que se produce en el proceso de crecimiento del cráneo. Desde el nacimiento y en los años sucesivos, el cráneo en su región occipital no crece lo suficiente como para que el cerebelo (parte del cerebro que queda contenida en esta parte del cráneo), tenga el espacio adecuado. Debido a ello, se comienza a desplazar una parte (las amígdalas cerebelosas) hacia la zona inmediatamente contigua, que es el foramen magno (el agujero que permite el paso de la médula desde su origen en el cerebro, hasta el canal raquídeo). Esta condición origina un conflicto de espacio en este foramen magno, en el que tienen que convivir médula y cerebelo, y es cuando empiezan los síntomas.

Generalmente, la enfermedad se diagnostica en la edad adulta, aunque puede haber comenzado mucho antes. Esto ocurre porque es entonces, por la falta de espacio para cerebelo y médula, que empieza a dar síntomas. Es más frecuente en mujeres que en hombres, aunque estos también pueden sufrir este problema.

Los síntomas que la caracterizan son tan genéricos y, a veces, sutiles, que los pacientes pueden pasar años sin diagnosticar. Entre ellos se encuentran los dolores de cabeza opresivos que se producen en la parte posterior de la cabeza, pero también detrás de los ojos: cada vez más intensos y frecuentes y sin alivio fácil con la medicación habitual para el dolor. A veces se acompañan también de rampas en los brazos y las piernas, hormigueo en las plantas de los pies; o pitidos o embotamiento en los oídos, como si estos estuvieran rellenos de líquido.

El tratamiento

El tratamiento de la malformación de Chiari depende de su gravedad y de los síntomas del paciente. Si no hay síntomas o son muy leves, pero la enfermedad ya ha sido detectada, a menudo es suficiente realizar un seguimiento y controles para evaluar su progreso. Si la falta de espacio y el descenso amigdalar son importantes y se acompañan de síntomas diarios que limitan la vida del paciente, frecuentemente se puede valorar realizar un tratamiento quirúrgico cuyo objetivo principal es detener la progresión de la enfermedad, y la aparición de nuevos síntomas. En una gran parte de los pacientes se consigue aliviar el dolor de cabeza diario, y otros síntomas limitantes.

Cuando la MAC se acompaña de escoliosis, suele diagnosticarse en edades más tempranas. Es cuando es clave un equipo multidisciplinar que pueda hacer una evaluación global y, así, poder dar soluciones integrales y un abordaje desde varios puntos de vista terapéuticos que permitan al paciente una mejoría temprana de sus síntomas, permitiéndole reincorporarse a su vida normal.

Dra. Mireia Ilueca