Estás aquí:

Mielopatía: la clave es diagnosticarla

Dr. Ramirez Barcelona Spine Institut en Hospital Quirónsalud Barcelona

«La cirugía ha de asegurar por igual la descompresión de la médula, y la alineación y estabilización del hueso”

Falta de equilibrio, torpeza en las manos, rampas o calambres por todo el cuerpo  debilidad en las piernas, incontinencia… estos son algunos de los principales síntomas que aparecen cuando una persona sufre mielopatía. 

Pero ¿en qué consiste esta enfermedad, la más común de la medula espinal en mayores de 55 años? 

La mielopatía es una afección por presión lenta y prolongada de la médula espinal. Es más frecuente en el cuello. En la médula cervical, que consiste en tejido del sistema nervioso central, se encuentran los nervios que comunican las órdenes y la sensibilidad entre el cerebro y los músculos. Es como una autopista de doble sentido. Cuando ésta se estrecha, las células nerviosas que circulan en su interior impiden una correcta comunicación.  El resultado es que la médula deja de funcionar y aparecen los síntomas. 

  

Es un proceso degenerativo que se produce por la edad y para el que no hay muchas estrategias de prevención.  La principal sería la práctica de una rutina periódica de estiramientos y de ejercicio físico, nuestro mejor aliado para la salud de la columna. Pero es conveniente tener presente que estos buenos hábitos pueden ayudar a retrasar la aparición de la enfermedad, pero no necesariamente a evitarla. 

¿Qué es lo importante, entonces?

Después de más de 20 años de experiencia en este tipo de cirugía diría que una de las claves es que la patología sea detectada a tiempo por un especialista de columna. Los síntomas son variados y pueden confundirse con múltiples patologías, desde un banal síndrome de túnel carpiano (una afección en la que existe una presión excesiva en el nervio mediano, que en la muñeca permite la sensibilidad y el movimiento a algunas partes de la mano), a procesos graves como una esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad degenerativa de las neuronas en el cerebro, el tronco cerebral y la médula espinal que controlan el movimiento de los músculos voluntarios. El único tratamiento que ha demostrado poder frenar el deterioro de la mielopatía y, en ocasiones revertirlo,  es la cirugía. Ésta suele desarrollarse de forma segura en manos expertas, pero si el paciente no se atiende a tiempo, su calidad de vida puede verse gravemente afectada.

Un buen cirujano especialista en columna estará familiarizado con la patología y su diagnóstico, según criterios clínicos y mediante resonancias. Y sabrá abordar por igual la compresión y la estabilización de las vertebras que se han de intervenir, pues tan decisivo será solucionar la opresión de la médula como asegurar que la posición y la postura del cuello no se verá comprometida tras la intervención.  En esta operación nervio y hueso van de la mano para obtener un óptimo resultado. 

Una vez frenado el proceso degenerativo, a veces, el dolor persiste. Pero habitualmente responde bien a la medicación o a la rehabilitación. En BSI trabajamos en equipo para acompañar a los pacientes también después de la cirugía, si lo necesitan. Y somos muy conscientes de que la mielopatía es una de las causas más comunes de discapacidad en las personas mayores. Por ello, uno de nuestros objetivos es combatirla. Tengamos presentes los síntomas a partir de una cierta edad y consultemos a nuestro especialista en columna de confianza.

Dr. Manuel Ramírez